Hoy empieza un nuevo mes. Sí, se ha acabado el siempre difícil mes de enero y nos arrojamos en manos del de febrero que tampoco parece querer ser fácil. Hoy no me da la gana de hablar de política. Ayer ya agarré un calentón suficiente y blasfemé y me cabreé todo lo que quise y más... Y total, nada ha cambiado ni cambiará porque yo me cabree.
Seamos positivos e ignoremos a esta basura de clase política que tenemos. Voy a centrarme en mi día a día. En salir adelante y en seguir disfrutando de lo que hago. De mi familia y de la fotografía.
Hoy Neus y yo hemos tenido una larguísima charla (sobre todo yo, sorry!) con Laura, estudiante de fotografía, vecina, amiga y futuro talento en esta profesión nuestra tan denostada. Ha sido gratificante. Me encanta ver su mirada todavía limpia y llena de ilusión. Yo la he taladradao con mis rollos, que si Salgado por aquí, que si Natchwey por allá, que si te voy a pasar War Photographer para que la veas...
Así empecé yo y hoy lo he vuelto a recordar. Me sigue haciendo mucha ilusión este oficio...
Yo quería cambiar el mundo para mejor, mis fotos llevarían la libertad a pueblos enteros, harían la vida más fácil a mucha gente, los desfavorecidos, los inocentes... Esa parte no la conseguí pero cumpliré 70, 80 o 90 años y seguiré intentándolo.
A mí, mis sueños no me los extirpan ni con cirugía. Y si no que le pregunten a la protagonista de la foto...
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