Hoy he empezado a escribir este post a las 6 de la mañana, cuando me he levantado y me he plantado frente al iMac con el coffee mug en la mano. Y me sentía invadido por el espíritu de Dennis Hopper, un actor al que admiro muchísimo a todos los niveles y, en particular, por el espíritu de su película Easy Rider.
Iniciaba el día lleno de energía, me sentía rebelde, libre y con ganas de comerme todo. Ahora, estoy acabando de escribir este post, han pasado 8 horas llenas de docenas de llamadas telefónicas y correos electrónicos, después de tramitar los vuelos para las próximas bodas de destino, recibir unas cuantas hostias virtuales y algo más, ya he perdido algo de ese ardor guerrero pero no su esencia.
Valga este post en homenaje al actor Dennis Hopper, a la película Easy Rider y a ese espíritu que espero que aún quede en mi pecho...
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