Dos días seguidos he faltado a mi cita diaria con vosotros. Estoy enfrascado en diseñar nuestra nueva website (la actual ya tiene unos añitos y está hecha en flash, con los inconvenientes que eso tiene para los usuarios de iPad, iPhone, etc...) y estoy tan concentrado en ella que no he querido descanar ni un momento para escribir algún nuevo post.
También reconozco que no tengo grandes novedades sobre las que hablar. Ya se me hace pesadito, aunque no por eso deja de ser necesario, seguir hablando de la situación políticoeconómica de este país, de la corrupción, de la indignación...
Hasta ahora no me había sentido golpeado de manera directa por la crisis pero en las últimas semanas he recibido inputs de amigos y familiares que la están sufriendo dolorosamente en sus carnes: han perdido su trabajo, se les ha acabado el paro, otros han recibido avisos de embargo... Reconozco que, aparte de escucharlos y mostrarles mis buenos deseos, no sé como ayudarlos de manera efectiva. Por supuesto que haré todo lo que pueda aunque en mi mano no esté la solución. Al final, creo que la suma de los pequeños gestos es lo que puede ayudar a quien no está viviendo sus mejores días. Yo no me siento bien, quiero transmitir optimismo, no sé cuándo ni dónde me tocará recibir a mí (y mi familia) los golpes porque dudo mucho que consiga esquivarlos.
Si eso ocurre, espero recordar algunas cosas que yo mismo digo para reconfortar a esos amigos y familia que me explican su situación. Que saldremos de ésta seguro, que hay que cambiar de mentalidad y buscarse la vida allá donde y como se pueda, que surgiran nuevas oportunidades... Como conclusión, que al final de la noche más oscura viene un nuevo amanecer y que después de la tormenta más terrible, el sol siempre vuelve a brillar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario